Tu aventura comienza en Bruselas, una ciudad que combina elegancia y dinamismo. Tarde libre si el tiempo te lo permite pasea por sus avenidas y descubre la Grand Place, considerada una de las plazas más bellas del mundo, rodeada de edificios barrocos y góticos que parecen joyas arquitectónicas. No olvides buscar al simpático Manneken Pis, símbolo irreverente de la ciudad, y dejarte sorprender por el futurista Atomium, ícono de la Expo 58. Al caer la noche, disfruta de un café belga o una cerveza artesanal en alguno de sus históricos cafés.